Se me fueron de las manos los ímpetus, tu risa, mis ganas, nuestro ardor.
Se congelaron mis múltiples certezas.
Se me escaparon de golpe todas esas extensamente meditadas razones para no amar.
También huyeron tormentos y tristezas.
Hoy vienes y besas mis palabras y yo voy y beso las tuyas. Y acaricias mis convicciones y yo acaricio las tuyas. Y procuras mi gozo, y procuro el tuyo. Y hay un solo abrazo, y una sola lengua y una sola piel. Y hay, también, un solo canto.
Hoy te vivo, me celebras, te recorro, me transitas. De afuera a adentro, de adentro a afuera. Nos damos genuinos. Nos fundimos acertados, luminosos.
Te amo. Me amas. No decidimos hacerlo, pero es nuestro y es feliz. Al menos por hoy.
El beso de Gustav Klimt
domingo, 1 de abril de 2012
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